Los juegos de mesa educativos son una herramienta divertida y efectiva para aprender y desarrollar habilidades cognitivas, sociales y emocionales, así como para transmitir conocimientos. Según diversos estudios, estos juegos tienen múltiples ventajas para los niños y niñas, tanto en el ámbito escolar como en el familiar.
En primer lugar, los juegos de mesa educativos ayudan al desarrollo de las capacidades motoras, mentales y sensoriales. Estos juegos estimulan la coordinación óculo-manual, la percepción visual y auditiva, el razonamiento lógico-matemático y la creatividad. En palabras simples, permite que pensemos mejor y “fuera de la caja”.
Además, los juegos de mesa educativos desarrollan la concentración, la memoria, la observación y la imaginación. Los juegos de mesa requieren prestar atención a las instrucciones, recordar las reglas, observar los detalles y crear soluciones. En nuestro caso, por ejemplo con el juego Kurrüf, los jugadores si tienen un hongo descomponedor, tienen que estar atentos a cada vez que muera un animal u organismo dentro del juego, porque su hongo descompondrá los restos de materia orgánica y podrá ganar puntos.
Los juegos de mesa educativos también muestran cómo resolver problemas, elaborar estrategias y tomar decisiones. Los juegos de mesa plantean retos que exigen pensar con rapidez y eficacia, planificar acciones y asumir las consecuencias. Frente a juegos con múltiples posibilidades como Mycelium, es necesario que las y los jugadores puedan planificar sus acciones pensando en el turno actual y los turnos siguientes, además de las posibles acciones de sus rivales (o colaboradores, dependiendo de cómo estén jugando).
Los juegos de mesa educativos enseñan a cumplir las normas de convivencia. Estos juegos fomentan el respeto por las normas establecidas, el sentido de la justicia y la responsabilidad. Nuestros juegos enseñan sobre la importancia del respeto por la naturaleza y las consecuencias de nuestras acciones en el medio ambiente.
Favorecen la socialización y refuerzan los vínculos afectivos. Los juegos de mesa promueven la interacción con los demás, el trabajo en equipo, la cooperación y la diversión compartida. Algunos piensan que solo los juegos cooperativos mejoran la convivencia escolar, pero también estas instancias de socialización se pueden dar en cosas tan simples como que los niños y niñas se enseñen unos a otros cómo jugar.
Desarrollan la empatía y el respeto por los demás. Los juegos de mesa enseñan a ponerse en el lugar del otro, a escuchar sus opiniones y sentimientos, a aceptar las diferencias y a resolver los conflictos pacíficamente. En nuestro caso, juegos como Kurrüf, Toskasi o Yuncos, acciones como “llevarse la basura”, “extracción ilegal”, o la presencia de “basurales clandestinos”, o de focos de alta contaminación lumínica, nos hablan de cómo nuestras decisiones y acciones influyen, no solo en las demás personas, sino que en los otros seres vivos.
Otro beneficio importante de los juegos de mesa educativos es que ayudan a los niños y niñas a gestionar sus emociones de la victoria y la derrota. En estos juegos, los participantes aprenden a controlar la frustración ante el fracaso, a celebrar el éxito sin arrogancia y a valorar el esfuerzo propio y ajeno. Al mismo tiempo, si no logran alcanzar su objetivo, aprenden a lidiar con la frustración y a trabajar en equipo para mejorar sus estrategias y habilidades en el futuro. Estas habilidades emocionales son cruciales para su desarrollo y les ayudarán en todos los aspectos de su vida, desde el ámbito escolar hasta el profesional y personal.
Por último, los juegos de mesa educativos son una forma divertida y eficaz de potenciar las habilidades lingüísticas y comunicativas de los niños y niñas. Estos juegos estimulan el vocabulario, la expresión oral y escrita, la comprensión lectora y auditiva, así como el diálogo constructivo. Además, al jugar, los niños y niñas pueden aprender a escuchar con atención, a expresarse con claridad y a comprender el significado de las palabras. Nuestros juegos incorporan conceptos científicos relacionados con la biodiversidad y el cuidado medioambiental que se explican mediante la mecánica de juego o sus componentes. Así, los jugadores pueden incorporar estos conceptos al ver cómo se aplican en un ecosistema.
En resumen, los juegos de mesa educativos son una herramienta valiosa para el aprendizaje y el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales y emocionales en los niños y niñas. En particular, los juegos de mesa de educación medioambiental son una excelente manera de fomentar el conocimiento, el amor y el respeto por la naturaleza, así como de concientizar sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.